La acción antioxidante y antitumoral del resveratrol lo convierte en un prometedor suplemento para tratar diversas patologías degenerativas. El resveratrol lo producen las hojas y el fruto de la vid, las moras y otras plantas en respuesta a la radiación ultravioleta.

• El resveratrol inhibe la formación de radicales libres, por lo que protege del estrés oxidativo que acelera el envejecimiento celular. Es antimutagénico e inductor de la fase II de enzimas hepáticas detoxificadoras de carcinógenos.
• Actúa como agente antiinflamatorio al suprimir la función de las ciclooxigenasas (COX), enzimas que catalizan la conversión de ácido araquidónico en sustancias proinflamatorias como las prostaglandinas 2 (PGE2), las cuales estimulan el crecimiento de las células tumorales.
• Bloquea la acción de la trombina y de varios factores de agregación plaquetaria, y propicia la producción de óxido nítrico, que relaja y dilata las arterias.

Todo esto lo hace idóneo para prevenir o tratar los siguientes procesos:

1. Cáncer. Diversos estudios han demostrado su potente actividad preventiva al inhibir la progresión de las células mutadas.
2. Enfermedades neurodegenerativas. Protege el cerebro y el sistema nervioso central contra el estrés oxidativo, que es el origen de la mayoría de las patologías neurodegenerativas.
3. Envejecimiento. Según un estudio realizado en la Harvard Medical School, activa un gen de la longevidad en ciertas levaduras y permite aumentar su esperanza de vida hasta en un 70%.
4. Colesterol y arteriosclerosis. Preserva la pared de las arterias y reduce el colesterol y los triglicéridos.
5. Otras. Puede resultar útil en trastornos como degeneración macular, osteoporosis, enfermedades pulmonares, neuropatía diabética, cicatrización de heridas, edemas, desequilibrios hormonales, pancreatitis, enfermedad de Parkinson o artritis reumatoide.